- Gabriela Pocovi Gerardino, @nutrigaby
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Hace tiempo que quiero hablar del hígado, y de las alergias…Es un tema que me ha tocado vivir pues soy alérgica desde el minuto 1 que pisé este mundo. De hecho creo que nací estornudando y todo…
Soy alérgica al polvo, ácaros, múltiples medicamentos (AINES, aspirina) y también presento muchas sensibilidades a olores, aromas, y productos químicos o de limpieza. En su momento también fui alérgica a alimentos como los mariscos y crustáceos, cosa que cambió en mi adolescencia. Este fenómeno ocurre mucho durante la vida y aquí viene la pregunta ¿son las alergias para toda la vida?, umm sí y no…Lo primero vamos a diferenciar lo que es la alergia de lo que es la histaminosis no alérgica.
Porque la primera, la alergia mediada por IgE se debe a un mecanismo regido y programado por el sistema inmunológico, en el cual se generan anticuerpos del tipo inmunoglobulinas E y células de memoria que reconocen y saben cuál es el antígeno o sustancia que genera la alergia. También se genera un aumento de los niveles de histamina producida por los mastocitos (unas células del sistema inmunológico encargados de regir los procesos alérgicos) la cual, genera gran parte de la sintomatología. Esto, hace que las alergias sean un diagnóstico para “toda la vida” y de hecho podrían ir a peor en la medida en que nos exponemos cada vez más al antígeno o sustancia alérgena. Estos casos suelen ser muy peligrosos ya que pequeñas cantidades del alérgeno provocarían una sintomatología muy rápida (rinitis, congestión nasal, ocular, edema de tejidos, picor) y en algunos casos podría llegarse a un choque anafiláctico en el cual podría comprometerse muchísimo el sistema cardiorrespiratorio, y en algunos casos provocar la muerte.
En el segundo, en la histaminosis no alérgica, se genera una acumulación en los tejidos de una sustancia llamada histamina (que puede provenir de alimentos o de una sobreproducción de histamina por los propios tejidos). El exceso de histamina en sangre y en los tejidos genera una sintomatología alérgica similar (picores, rinitis, ojos llorosos, eccemas, etc). En este caso, no existe participación del sistema inmunológico ni de la inmunoglobulina E, pero hay histamina, por lo que la sintomatología es similar.
Lo que sí sería común tanto en la alergia como en la histaminosis, es la liberación de histamina, sustancia responsable de generar la sintomatología alérgica. La diferencia radicaría entonces en la forma, el tiempo y el mecanismo inmunológico de liberación.
En este artículo, vamos a centrarnos en la histaminosis no alérgica, la cual es la que se produce en gran parte de los casos de intolerancias alimentarias, disbiosis intestinal, permeabilidad intestinal aumentada e individuos sensibles a múltiples sustancias (alimentos y químicos).
El tema que veo más preocupante está en que si bien es fácil diagnosticar una alergia, no es tan sencillo diagnosticar la histaminosis o al menos no todos los profesionales están actualizados en ello. Diagnosticar las alergias está muy estudiado, te hacen una prueba de prick test (si te la han hecho seguramente habrás visto que te colocan pequeñas cantidades del antígeno en la piel y ven si reaccionas) y por tanto si la prueba es positiva el tratamiento es fácil, alejarte de la sustancia en la medida de lo posible y algún antihistamínico (loratadina, el más común) si hubiese exposición.
Pero, diagnosticar la histaminosis puede ser más complejo, porque además de los síntomas típicos de la alergia, también puede manifestarse con otros que no relacionarías nunca con ella como:
Diarreas y dolor abdominal. Acidez y Gastritis.
Sensación de falta de aire o ahogo.
Sensación de estar constantemente congestionado, constipado, con mocos o moqueo constante.
Ojos llorosos o picores en los ojos.
Dermatitis atópica, urticarias, eccemas y dermografismo.
Dolor muscular o articular.
Mala recuperación post ejercicio.
Cansancio extremo.
Dolor de cabeza, migrañas o sensación de pesadez mental o mente nublada. Párpados inflamados (edema parpebral) y edema facial en la cara, sobre todo en las mejillas y alrededor de la mandíbula. Sobre todo por las mañanas puedes notar mayor hinchazón en párpados y sensación de mayor volumen en la cara. Retención de líquidos que genera una falsa ganancia de peso muy rápida.
Palpitaciones, hipotensión, taquicardias y mareos.
Moretones con facilidad.
Insomnio, sudoración y calor nocturno.
Síndrome premenstrual y estrógenos altos.
Cistitis intersticial o necesidad de hacer pis frecuentemente.
Y muchas más...
Ahora bien, ¿por qué se genera la histaminosis?.
La histamina es una molécula con muchas funciones en nuestro organismo y fundamental para dar lugar a muchos procesos. Tiene función de hormona, de neurotransmisor y también regula muchos procesos de defensa y activación como la secreción de ácido estomacal y en gran parte los ciclos de sueño y vigilia. Una parte de ella es generada por algunas células de nuestro cuerpo que llamaremos histamina endógena, pero otra se encuentra presente en muchos alimentos que ingerimos en el día a día, que llamaremos histamina exógena.
En condiciones normales, parte de la histamina es generada de forma endógena en los tejidos para ejercer estas funciones de activación y otra parte es ingerida de forma exógena a través de nuestra dieta. Para asegurar que no se genere un exceso existen dos enzimas que permiten su degradación, la primera es la enzima DAO o diaminoxidasa presente en el intestino y que permite la degradación de la histamina extracelular, principalmente la proveniente de los alimentos. Además, existe otra enzima degradadora de histamina en los tejidos y en el interior de las células, una transferasa llamada histamina-N-metiltransferasa (HMT) ubicada principalmente en el hígado y riñones.
La histaminosis sería una acumulación de histamina en los tejidos de nuestro cuerpo, y surgiría entonces cuando nuestro organismo es incapaz de degradar dicha histamina. Esto puede suceder o bien por déficit de las enzimas que lo degradan (la DAO y la transferasa), o bien por un exceso de producción de histamina endógena por nuestro propio cuerpo.
Esto, una vez más nos quiere decir que la histaminosis en sí misma no es una enfermedad ni la raíz del problema, hay que ver qué está pasando o averiguar cuál es el mecanismo que produce el déficit enzimático o el aumento de la producción de la histamina endógena.
1. Disbiosis intestinal: de hecho diría que es la causa más común. Alrededor del 90% de los pacientes con disbiosis presentan síntomas de histaminosis. Ello puede explicarse debido a que la disbiosis y la inflamación intestinal a consecuencia generan un déficit en la producción de DAO y una menor degradación de la histamina que se ingiere a través de la dieta, dando lugar a su acumulación en los tejidos. Adicionalmente, la propia disbiosis y la infección por virus, bacterias y parásitos genera un aumento de la producción de histamina por las células del sistema inmunitario, teniendo en cuenta que la histamina se segrega en mayor cantidad a modo de “alerta” cuando existe cualquier patología inflamatoria.
2. Alteraciones genéticas en la producción de DAO y HMT: existen polimorfismos genéticos que condicionarían la actividad de estas enzimas lo cual podría explicar la mayor tendencia de ciertos individuos a presentar histaminosis.
3. Problemas hepáticos o mala depuración hepática: un hígado sobrecargado de toxinas, saturado, o la existencia de enfermedades como hígado graso, cirrosis hepática, ingesta excesiva de alcohol, drogas y fármacos comprometen el trabajo del hígado y por tanto su capacidad de eliminar la histamina, entre otros. Durante la primavera y el otoño, estamos expuestos a más toxinas, como el polen, lo cual podría también exacerbar la tendencia a alergias e histaminosis, por lo que es conveniente darle un empujón extra al hígado y asegurar una buena ingesta de nutrientes que promuevan su trabajo (magnesio, vitamina B6, glutation, taurina) y fitoquímicos (cardo mariano, diente de león, alcachofera, etc). Puedes encontrarlos en el kit depurativo de shopgpg.com
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4. Otros mecanismos: existen situaciones y estímulos como el estrés, las infecciones, la vibración, los cambios de temperatura, las quemaduras, los cambios de presión atmosférica, etc., etc., que pueden provocar la liberación no específica de histamina.
¿Y entonces, que hacemos con la histaminosis?
Habiendo ya aprendido cada una de las causas de la histaminosis, me parece muy importante dejar claro nuevamente, y es algo que hago en todos los pacientes con histaminosis y tendencias alérgicas, que la histaminosis en sí misma NO ES UNA ENFERMEDAD, es la manifestación de un sistema inmunológico en estado de alerta y en la mayor parte de los casos proviene de uno o varios desajustes en nuestro organismo.
Éstos desajustes podrían tener una base genética (en el caso de las personas que tienen déficit o mal funcionamiento de las enzimas de forma genética) o también podrían ser derivados de otras condiciones adquiridas en el camino como la disbiosis intestinal, enfermedades digestivas, afectación hepática, consumo de ciertos medicamentos, etc.
Por lo que, antes de ocuparte de la histaminosis como síntoma, es importante establecer la raíz del problema.
¿Y cómo sé cuál es la raíz de mi histaminosis? ¿Qué pruebas existen?
Diagnosticar cuantitativamente la histaminosis es complicado. Sin embargo, la exploración cualitativa y la clínica del paciente (signos y síntomas) son muy importantes y orientativos.
El test más usado es la medición de la enzima DAO en la sangre así como los niveles de histamina en la sangre y la orina.
Un déficit de la enzima DAO y/o un aumento de los niveles de histamina en sangre u orina + sintomatología asociada serían indicadores de histaminosis.
Sin embargo, existen individuos que aún teniendo una sintomatología muy sugerente de histaminosis, sus resultados pueden ser normales. En este caso es importante además de descartar alergias alimentarias mediadas por IgE, es importante tener en cuenta otros diagnósticos que podrían ser la raíz de la histaminosis como la disbiosis intestinal, SIBO, parasitosis, candidiasis, mala depuración hepática, celiaquía, enfermedad inflamatoria intestinal, etc. Estos individuos pueden presentar una mayor tendencia a histaminosis y alergia independientemente de los resultados de las pruebas ya que presentan inflamación intestinal que puede dar lugar a fluctuaciones en la actividad de la enzima DAO, la que degrada la histamina y a una menor capacidad de depuración/eliminación por parte del hígado, conduciendo a una mayor acumulación de la histamina.
Más recientemente, se ha propuesto el test de liberación de histamina modificado (TMH) el cual es, según expertos, el de mayor rentabilidad diagnóstica. Éste estudia la respuesta inmunológica de las células del paciente al contacto con los alimentos. Al haber un aumento de liberación de mediadores inflamatorios implica la activación celular y detecta la sensibilización a ese alimento.
Otra forma de valorar la presencia de histaminosis, es realizar una dieta baja en histamina o excluyendo alimentos altos en histamina por al menos 3 semanas, y luego realizar una reintroducción de los mismos o prueba de provocación. Sin embargo, tal y como menciono anteriormente, la clínica o sintomatología del paciente con histaminosis suele ser muy clara y orientativa.
Cómo tratar la histaminosis, qué estrategias utilizar, sobre la dieta baja en histamina, y qué podemos hacer, te lo cuento en la siguiente entrada del blog (no olvides suscribirte). ¿Expectante? Yo también...
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